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HISTORIA:

Fundadas en San Vicente, El Salvador en Enero del año 1945, por el Rvdo. Padre José Aurelio Fernández Pérez, OFM, Misionero eminentemente Franciscano de la Provincia de Cartagena; quien al ser enviado a tierras Centro Americanas, palpó la necesidad de tantos hermanos y hermanas que estaban con hambre espiritual y material. Iniciando con dos hermanas catequistas: Hermana Francisca Chicas (Hna Paquita) y Sor Rafaela del Carmen Umaña,poniendolas bajo la proteccion del Cristo Negro de Esquipulas, imagen venerada en ese lugar. Siendo trasladado el Padre Aurelio a la ciudad de Guatemala lleva consigo al grupo de Catequistas, de esta forma nos fuimos extendiendo en el país de Guatemala. Posteriormente fuimos acogidas por el Excelentísimo Señor Obispo, Monseñor Celestino Miguel Fernández, ofm, quien junto con nuestro Fundador gestionaron todos los trámites Eclesiales, para que la Congregación pudiera ejercer públicamente su campo de misión; recibiendo el Documento Jurídico el 25 de marzo de 1957 en la Diócesis de San Marcos.

MI DIOS Y MI TODO

El 25 de Junio de 1973, por primera vez llegamos a Honduras, en donde siguió floreciendo nuestra Congregación.En enero de 1983 llegan las primeras Hermanas para fundar una comunidad en Juticalpa; y a partir del 29 de Septiembre de 1988, hace 23 años, Monseñor Mauro Muldoon pasa a ser nuestro Obispo protector, por lo tanto Juticalpa es a la fecha sede de nuestra Congregación. El 17 de marzo de 1994 tuvimos la gracia de ser ratificadas como Instituto de Derecho Diocesano, (que es un paso en el camino del Reconocimiento Oficial por parte de la Iglesia) con Decreto Formal y Escrito, que fue extendida por su Excelencia Monseñor Mauro Muldoom OFM, previamente consultado a la Santa Sede y aprobado por medio de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de vida Apostólica.


Con la primera intuición del Espíritu, el Padre Aurelio nos dejó un modo particular de seguir a Jesús en el cual descubrimos un misterio inagotable que nos identifica y nos hace comprometernos en la misión evangelizadora de Cristo, con ello nos empeñamos en dar cada día respuesta a las necesidades de los tiempos, para que éste mantenga su vitalidad y dinamismo en el transcurso de la Historia, traduciéndolo a las diversas situaciones del hombre y la mujer de hoy. Nuestras primeras Hermanas, han continuado con mucha entrega, sacrificio y alegría este itinerario trazado por nuestro Fundador, siguiendo fielmente el Evangelio del Señor y el Carisma propio de la Congregación, siendo la Virgen María el Prototipo de mujer Consagrada, porque es la Madre que acoge, escucha, intercede y contempla a su Señor en la alabanza del corazón.